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FUERZA


Cómo te cuesta mirar ahora ese vacío. No sabes con qué llenarlo, qué sonidos ponerle para sentir menos su profundidad, para poder mirar la vida con más plenitud. Tu proyecto se convirtió en ausencia, pero jamás fue olvido. En cada uno de los latidos de tu soledad sientes su despedida, ese adiós cruel que te obligaba a despedirte de aquello que había sido la totalidad de tu anhelo. Lo demás corría a su vera. Todo podía ser desde esa perspectiva. Pero la vida te regaló otra, te puso en un escenario inesperado, sombrío, en el que la luz tendría que salir de ti. No había nadie más. Y tú seguiste adelante, pensando que la fuerza de tu valentía no te iba a abandonar. No lo hizo. Pero estás agotada.

Ahora, en este momento de silencio, ya no sabes qué hacer. Ya no sabes por qué derroteros has de continuar. Te sientes perdida. Sola. Y nadie lo podría imaginar. Nadie. Sólo tú navegas en un mar de olas infinitas, en tu barco pequeño y solitario, aunque la apariencia del océano sea tan tranquila y azul. Y a lo lejos, intuyes ver luz. Un faro. Pero ya no desconoces los arrestos que le quedan a tu mirada; la sabes temblorosa y ranqueante. Y existe una incógnita más; no sabes del tiempo del que dispones. Sólo una cosa está clara. Tú, intentarás llegar. Eso sí lo sabes, aunque no seas capaz de mirar el vacío que hoy se ha asentado en tu mirada.

(...)

"Son los más terribles conflictos, estos que tienen lugar entre la objetividad ya establecida razonablemente y la esperanza. La esperanza por la que quiere realizarse nuestro inacabado ser. Esperanza del pasado, esperanza que se fija en el recuerdo para alimentarse, ávida de recobrarlo todo."
María Zambrano.