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INMORTALIDAD


Miras el cielo y lo puedes sentir, puedes hoy retener en tus manos el tacto de todo aquello que desde la invisibilidad, sostenía el mundo, el tuyo. Así es la maternidad sobre las cosas. Un silencio que las acaricia, que las sostiene, que siempre cuida todo aquello que es criatura. Y ese silencio sigue ahí, a pesar de la lejanía de su eco lo puedes notar, en la brisa que ahora mesa tu cabello, en las lágrimas que lentas recorren tu rostro. Al lado de ese mar vuelves a ser niña. Al lado de ese horizonte surge el reencuentro con tu mirada de infancia confiada. Ella te cuida. Y te dejas cuidar. Caes rendida ante la arena que acaricia tus pies, dejas que las olas borren tus huellas, y sabes que en ese juego, ella está. Que estará. Susurrando una nana que sólo tus oídos pueden sentir. Que es esa sonrisa que cobija tu alma como un eco, porque nunca, nunca, se fue del todo. Va y viene, siempre presta a dejarte su caricia a través del aire, de la lluvia, del sol. Tú eres su criatura.

(...)

"Felicidad invisible que nos permite soportar la carga de nuestra desdicha. Territorio de quietud. El lugar de nuestras certidumbres, de todo aquello de lo que no dudamos y que nos sostiene en todo trance difícil. Creencias. La realidad."
María Zambrano.